La Sociedad Geográfica de Colombia, acaba de publicar, el nuevo Diccionario de Gentilicios de Colombia, con el apoyo del Instituto Geográfico Agustín Codazzi.
Si bien el libro advierte que los gentilicios se derivan naturalmente de los nombres de los lugares (topónimos), muchos provienen de la costumbre, es decir, de como les dice la gente. Muchos están ligados al folclor, a la sabiduría popular, a creencias, mitos y cuentos. Otros a personajes históricos y otros más, a tradiciones arraigadas en el inventario inmaterial de un lugar.
Por ejemplo, pocos saben que a los habitantes de Aracataca, se les dice cataqueros.
Algunos gentilicios, denominados alternativos, adquirieron la versión recortada del nombre original de su municipio, que cayó en desuso dada su extensión. Es el caso de poblaciones como San Juan de Pasto (pastusos), Santiago de Cali (caleños) o Guadalajara de Buga (bugueños).
En el Huila se presentan curiosidades históricas: a los oriundos del departamento, se les llama huilenses, pero también tienen el apelativo de opitas, que viene de la expresión "opa", utilizada cuando dos personas se encontraban.
Y, ¿por qué a los de Ibagué no se les dice ibagueños, sino ibaguereños? En algún momento de la historia, al gentilicio se le agregó la sílaba 're' y la costumbre se volvió ley. Así es de rara la lengua.
Fuente: El Tiempo
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