Las hectáreas vendidas eran de campesinos desplazados o en riesgo de desplazamiento, y que habían sido congeladas por el Estado para proteger el patrimonio de los afectados por la violencia.
Esto significa que sobre ellas estaba prohibida cualquier transacción. Bajo este esquema, el Programa de Protección de Tierras ha congelado 3'044.067 hectáreas en todo el país. Muchas estaban en riesgo de ser apropiadas por actores armados ilegales. De esta cifra, 1'694.331 fueron abandonadas por sus dueños.
En Ovejas (Sucre), El alcalde, Antonio García, admite que gente del interior, especialmente de Antioquia, llegó a comprar a muy bajos precios, aprovechando el temor de los campesinos de regresar a sus fincas. "Pagaron unos 600 mil pesos por una hectárea que hoy puede costar 4 millones de pesos", agrega. En el pueblo hablan, por ejemplo, de una empresa a la que identifican como Arepas Don Pancho, que compró a unas 130 familias las 1.200 hectáreas de la finca Europa, un terreno que había sido parcelado por el Incoder. Pagó cada hectárea a no más de 800 mil pesos. La empresa no aparece registrada en Medellín.
El hecho es que tras la desmovilización de los 'paras' y la muerte del guerrillero de las Farc 'Martín Caballero', que azotaba con secuestros, los Montes de María se valorizaron. Según la Gobernación, de los 100 o 200 mil pesos que costaba una hectárea, pasó a valer entre 4 y 6 millones. Pero los precios altos no han llegado a los campesinos. Ni en los Montes de María, ni en el Catatumbo (Norte de Santander), donde también los labriegos comenzaron a pedir que les levantaran las medidas de protección a sus hectáreas.
El pasado 17 de marzo, Acción Social denunció: "(...) se ha detectado que en varios de los municipios que comprende la declaratoria (de protección), se está presentando la concentración de tierra. Tal es el caso del municipio de Tibú, en donde más de 40 predios han sido adquiridos por la misma persona jurídica". Esa persona jurídica es Bioagroindustrial de Colombia, dedicada al cultivo de la palma de aceite Y que trabaja de la mano del ex ministro de Agricultura en el gobierno de Andrés Pastrana, Carlos Murgas, conocido como el 'zar del agro'.
A través de la Promotora Hacienda Las Flores, un complejo agrodindustrial que inició con su familia a finales de los años 70, Murgas se ha convertido en el eje de la palmicultura en el Catatumbo (Cooperativas de paramilitares desmovilizados estarían también tras las ofertas, para proyectos agroindustriales).
Sin referirse a una empresa o persona en particular, Acción Social dijo sobre Norte de Santander: "se han descubierto presiones a los propietarios, poseedores, ocupantes o tenedores, con el fin de obligarlos a concretar el negocio o a que abandonen el predio".
Fuente: El Tiempo
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