En Bogotá se instalaron los primeros puntos de recolección de baterías usadas. La idea es que la ciudadanía las arroje allí para que no se vuelvan un peligro para el medio ambiente.
Bogotá es pionera en la aplicación de esta resolución. En la ciudad ya funcionan dos puntos de recolección: están en los centros comerciales Hayuelos (calle 20 # 82-52) y Palatino (carrera 7 con calle 140).
Bogotá es pionera en la aplicación de esta resolución. En la ciudad ya funcionan dos puntos de recolección: están en los centros comerciales Hayuelos (calle 20 # 82-52) y Palatino (carrera 7 con calle 140).
En diciembre del 2011, funcionarán 120 lugares de almacenamiento (también en San Andrés), porque en ese año, fabricantes e importadores deberán recoger 8 millones de pilas. Estas cifras no son opcionales y deberán cumplirse obligatoriamente.
Anualmente, en Colombia se consumen 200 millones de pilas, que generan 11 mil toneladas de residuos. El 80 por ciento va a parar a rellenos sanitarios y el 20 por ciento a botaderos a cielo abierto, ríos o quebradas. El riesgo es que estas baterías contienen zinc, cadmio, níquel, plomo y mercurio y, si su fabricación no es idónea (muchas llegan de contrabando al mercado y no cumplen con las reglas sanitarias), esos elementos químicos pueden entrar en contacto con el medio.
Unas pocas gotas de esas sustancias pueden contaminar millones de litros de agua. De ahí que su destrucción sea urgente cuando la vida útil de la pila termina.