"Solo cuando el ultimo árbol este cortado y el último rio este envenenado, te darás cuenta que no puedes comer dinero". Sabiduría Indígena

lunes, 9 de abril de 2012

El que contamina paga

El río Anchicayá nace en Los Farallones en límites de Cauca y Valle, tiene 575 kilómetros hasta desembocar en la bahía de Buenaventura. Más de 3.000 personas asentadas en la ribera del río vivían de él hasta que sus aguas se convirtieron en un lodazal "afectando cultivos de pan coger, la actividad de pesca, la economía doméstica y la salud de los habitantes del sector", según la sentencia del Tribunal Administrativo del Valle, que condena a la Empresa de Energía del Pacífico (Epsa) y a la Corporación Ambiental del Valle (CVC).

El fallo, que data de 2009, confirma una sentencia de primera instancia y señala a dichas entidades como causantes de "una catástrofe social y ambiental de grandes proporciones", por lo que las condena a pagar 166.945 millones de pesos a las víctimas. La comunidad se vio afectada por la contaminación del río Anchicayá al recibir, en 2001 y durante dos meses, 500.000 metros cúbicos de lodo acumulado en una represa de la hidroeléctrica Epsa, así como por la CVC, que no ejerció la vigilancia debida.

Más allá del monto que sigue pendiente de ser pagado -y que en la práctica se traduce en 55 millones de pesos para cada familia-, lo trascendental de la sentencia es que si resulta ratificada por el Consejo de Estado, sentará jurisprudencia sobre las responsabilidades de las empresas encargadas de explotar recursos naturales en el país.

El de Anchicayá es el primer gran caso de impacto ambiental sobre el que se pronunciará la Justicia. Y aunque el Consejo de Estado tiene la última palabra, hasta ahora las dos instancias agotadas reconocen daños y perjuicios ocasionados a las comunidades ribereñas, que acudieron a la Justicia mediante una acción de grupo.

Desde noviembre de 2009, el Consejo de Estado tiene en su escritorio la revisión de este caso. el fallo aún no sale. Entretanto, la comunidad de Anchicayá sigue esperando que vuelvan los peces al río. (fuente: semana.com)